Grupo y equipo: ¿son lo mismo?
- Newsletter sobre Trabajo en equipo entre pares
- 25 sept 2016
- 4 Min. de lectura
El término grupo se utiliza en el lenguaje coloquial para referirse a un conjunto o reunión de personas.

La palabra grupo se ha convertido en una de las más corrientes del lenguaje cotidiano, en donde posee un sentido, en apariencia evidente, y una acepción, es decir el significado con que se la toma, muy amplia, lo cual puede tornarla confusa.
Habitualmente se la utiliza para designar conjuntos sociales de tamaño y estructura muy variada, desde una comunidad nacional hasta una “banda” de duración efímera. El rasgo que persiste a todos esos conjuntos es la noción de pluralidad de personas, junto al de una solidaridad implícita más o menos fuerte.
A partir de lo anterior puede tenerse una idea de la complejidad de la naturaleza y de la noción de grupo, pues la extensión con que se usa la palabra tiene como contrapartida una gran imprecisión, a la cual a menudo se le asignan diferentes sinónimos como: masa, multitud, equipo, comunidad, organismo, categoría social, etc.
Para precisar mejor la naturaleza de un grupo cualquiera conviene tener en cuenta varios criterios, como el grado de organización, su función o los modos de interacción que existen entre sus miembros, además de considerar cómo es vivida la situación de grupo por sus integrantes, es decir el “ser parte del grupo”.
Entonces, ¿cómo puede definirse un grupo?
Un grupo consiste en una pluralidad de personas que compartiendo un espacio y un tiempo, desarrollan una interacción más o menos sistemática entre sí, comparten un objetivo común que responde a necesidades compartidas y cuyo grado de organización es un indicador esencial de su modo de funcionamiento.
Siguiendo lo anterior, para que una reunión de personas sea considerada un grupo se requiere de una interacción más o menos sistemática entre sus miembros. Las personas que esperan la llegada de un ómnibus no pueden considerarse un grupo ya que, aunque tengan un objetivo común, no existe interacción entre ellas y su grado de organización es muy bajo. Este tipo de conjunto se denomina “serie”.
Por otro lado las multitudes o muchedumbres, son reuniones de una gran cantidad de individuos que no buscan explícitamente reunirse con los otros, y que poseen un bajo nivel de organización o diferenciación de roles entre sus miembros. Los veraneantes en una playa, los peregrinos de una fiesta religiosa o los compradores en un supermercado son ejemplos de multitudes. Dentro de esta categoría puede distinguirse una “multitud organizada” donde sus miembros comparten una motivación común que está en primer plano para todos, por ejemplo asistir a una manifestación política. Este tipo de reunión posee también un bajo grado de organización entre sus miembros.
Los ejemplos anteriores sirven para ilustrar el valor que la organización de los miembros del grupo, esto es, la coordinación de roles entre ellos, posee para el concepto grupo. Precisamente será este factor el que permita discriminar entre grupo y equipo.
La palabra equipo también es intercambiada con la de grupo y posee un uso general, aunque su extensión es más restringida, ya que se encuentra más asociada a los conjuntos de personas que realizan un trabajo concreto (equipo pedagógico, equipo terapéutico, equipo de investigación, etc.) o a juegos colectivos (equipo de fútbol por ejemplo).
Un aspecto que resalta del uso de la palabra equipo es el de connotar el “esfuerzo colectivo” así como el de una mayor participación entre sus miembros.
Así puede decirse que un equipo es un grupo, pero que todo grupo no necesariamente es un equipo. ¿En qué radica la diferencia?.
El grado de organización de los participantes es lo que determina su condición de equipo:
Un grupo de trabajo puede definirse como aquél conjunto de individuos que poseen un objetivo común en sus tareas pero un bajo grado de interdependencia para el logro de resultados para el negocio. Ejemplo de esto lo puede constituir un grupo de teleoperadores que realizan atención telefónica. Cada uno de ellos trabaja con pautas comunes pero el logro de sus resultados no es interdependiente sino que trabajan individualmente sin coordinar roles ni talentos.
Un equipo de trabajo puede definirse como aquél grupo donde sus miembros poseen un objetivo en común, internalizado por todos, donde convergen sus esfuerzos de coordinación y la puesta en acción de sus talentos para el logro de resultados con un alto impacto en el negocio.
Así un equipo de trabajo puede caracterizarse por que sus miembros no sólo comparten objetivos sino también valores personales, por la búsqueda de un clima en las relaciones interpersonales que implique confianza y libertad en la comunicación, y finalmente por las contribuciones que hacen a la eficacia en la tarea, promoviendo el aprendizaje acerca de sus procesos de trabajo lo que les permite mejorar sus prácticas de forma continua.
En resumen, un equipo de trabajo es un grupo que ha alcanzado una madurez socio-afectiva que les permite un alto grado de organización que redunda en el desempeño. Puede servir como imagen para comprender este concepto el pensar en dos planos paralelos: uno de ellos, al que llamaremos “social” se integra de las interacciones entre los miembros, la apertura de la comunicación, la inclusión de todos, la concreción de acuerdos, etc. El otro plano es aquél donde se pone en juego el conocimiento especializado, se toman decisiones, se realizan actividades en coordinación con otros, etc. Sin que el plano “social” funcione difícilmente puedan llevarse a cabo eficazmente las actividades del otro. La madurez socio-afectiva redunda en organización y la organización en alto desempeño.
Un equipo de alto desempeño constituye así algo muy diferente de la mera suma de sus miembros ya que alcanza un desempeño al que no puede llegar ningún individuo por sí sólo. Es en definitiva lo que permite afirmar, como se refiere coloquialmente, que “1+1=3”.
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